viernes, 27 de agosto de 2010

La personalidad de la empresa

El que camina demasiado rápidamente llega tan tarde como el que va demasiado despacio. Shakespeare.

Si usted se ha propuesto ser un buen administrador, un excelente gerente, un eficiente ejecutivo, capaz de no solamente originar nuevos cambios en pro del éxito de la organización donde labora, sino de desarrollar una nueva cultura organizacional, nuevos paradigmas administrativos de acuerdo a lo que los escenarios demandan, es necesario es necesario conocer sobre la personalidad de la empresa y trabajar en pro de ella.

En esta oportunidad analizaremos este tópico, con la convicción de que en algo contribuiremos en su formación profesional y desde luego en beneficio de la organización donde desempeña su cargo.

La personalidad de una empresa, nos recuerda Saúl W. Gellerman, es básicamente una expresión de la disposición colectiva de sus hombres claves antes sus problemas clave. La analogía con respecto a la personalidad individual se sustenta en varios puntos a saber:

.- Hay un elemento emocional fuerte en toda personalidad empresarial, es decir, tiende a reflejar esperanzas, actitudes y predisposiciones de la dirección por lo menos con igual intensidad que su conocimiento y poder razonador.
.- Cada personalidad empresarial es única. A pesar de semejanzas artificiales, cada empresa tiene una atmósfera de trabajo distinta de cualquier otra.
.- Es raro que los directivos de una firma tengan conciencia de la personalidad de su empresa como tal ¿ La tiene usted?.
.- Una visión, apreciación propia y realística de esta personalidad, es tan difícil de tener como de la propia.

Gellerman (1966) agrega, que esta personalidad interviene en el proceso de la toma de decisiones de varias formas: muchas normas clave está rápidamente influidas por actitudes que formen la pauta más o menos única para la empresa. . Una empresa selecciona determinadas metas para ella misma y no está satisfecha con otras. . Adquiere líneas de acción y leyes no escritas para juzgar el valor y el rendimiento de cualquier individuo de la empresa; en otras palabras, adquiere una visión de la vida comercial que es suya, propia distintivamente.

Recuerde, que la personalidad de la empresa, como la individual, no encaja en categorías ordenadas, cada una es única en muchos aspectos, sin embargo, existe un número de actitudes directivas sobre las que cualquier empresa debe tomar algún tipo de posición, y es posible describir parcialmente la personalidad de una empresa, partiendo de este tipo de posiciones. Por ejemplo señala Golerman, la política de ventas de una empresa puede ser agresiva o, en el otro extremo pasiva, y su actitud hacia los empleados puede ser paternal, o también en el otro extremos, impersonal.

Muchos métodos ayudan a definir la personalidad de la empresa, pero ninguno conduce a una definición permanente, simplemente porque la personalidad de la empresa cambia constantemente. Al respecto, se sabe existen cinco puntos para analizar la personalidad de una empresa:

• Identificar los hombres, cuyas actitudes cuentan
• Definir sus métodos, tácticas, y puntos ciegos.
• Definir las presiones económicas en que se encuentra la empresa
• Revisar la historia de la empresa, particularmente, lo que concierne sobre la carrera de sus directores.
• Integrar el cuadro total, es decir, extraer los comunes denominadores, más que sumar todas las partes.

Considere además, que para trazar la historia de la personalidad de la empresa, es preciso ocuparse más de las ideas y de la gente, que de la producción o de las cifras de venta; además, el solo hecho que una empresa tenga personalidad propia no es razón para intentar de analizarla. La esencia real de los recursos humanos de una empresa es tan engañosa y de tan difícil enjuiciamiento como los motivos reales del ser humano. Incluso cuando puede adaptarse no hay ninguna garantía de que eso sirva para nada constructivo.

Una inspección de la personalidad de la empresa puede ser en algunos caos de gran valor, algo más que un ejercicio académico. Los dos requisitos para un análisis útil de este tipo son: la falta de satisfacción en la habilidad mostrada por la empresa para enfrentarse con sus problemas y una base plausible para sospechar que, más que los individuos o la política de la empresa, el mal esta en las actitudes de grupos no examinados.

No cabe la menor duda, que el conocimiento de la personalidad de la empresa puede ayudar a fijar los objetivos de la tolerancia de la empresa para nuevas ideas o nuevas caras. Puede contribuir a descubrir políticas anticuadas e ineficaces que se mantienen porque todo el mundo presume que son inmortales o porque la gente ha perdido de vista que son políticas y las consideran condiciones inevitables bajo las cuales hay que manejar el negocio. Gellerman señala, además, que aunque siempre es posible cambiar la personalidad de la empresa, no siempre es factible hacerlo. El cambio se logra con el aprendizaje, mejorando la comunicación interior y/o trayendo nuevo personal.


Fuente: http://www.gestiopolis.com/administracion-estrategia/la-personalidad-de-la-empresa.htm

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