Existen algunos expertos que aseguran que una empresa no es más que un fenómeno lingüístico, que es gracias al lenguaje que las mismas se forman y se sistematizan llegando a conformar una organización con objetivos, metas y una visión.
La clave en todo esto es la “comunicación“, los expertos que redujeron el concepto de empresa a un “fenómeno lingüístico” lo hicieron porque vieron que sin comunicación no hay empresa, una empresa unida y con alto nivel de compromiso necesita de una buena comunicación ya que sin ella pueden surgir malentendidos, confrontaciones o puede ser que el personal realice el trabajo de forma diferente al que se esperaba debido a que las directrices que se dieron no fueron lo suficientemente claras como para que ser correctamente interpretadas por los mismos.
El trabajo de un directivo es planificar y determinar los objetivos además de analizar, diagnosticar y evaluar el logro de los objetivos, los problemas que están surgiendo y las soluciones a los problemas, todo lo anterior es inútil si el directivo no lo comunica, y puede ser perjudicial el comunicarlo mal.
• La mala comunicación puede convertirse en una pérdida de dinero
• La mala comunicación afectará el rendimiento del personal
• La mala comunicación puede deteriorar las relaciones entre el personal
• La mala comunicación puede desmotivar al personal
Y en el peor de los casos: la mala comunicación puede ser la causa del fracaso de la empresa.
Lo anterior no sólo es válido para las empresas y sino para la vida personal de cada individuo, la comunicación que una persona tiene con otras y con ellos mismos constituye uno de los pilares indispensables del éxito.
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